Un editor interactivo de documentos se ha diseñado de manera que el documento en edición se mantiene en memoria. El usuario suministra repetidamente órdenes elementales de edición, mediante el teclado. Las órdenes consisten en una o varias pulsaciones de tecla seguidas. Estas órdenes provocan modificaciones en el documento almacenado en memoria, y posteriormente se actualiza su presentación en pantalla. Para permitir en lo posible que un usuario experto teclee a la máxima velocidad de que sea capaz, se establecen los siguientes requisitos:
La actualización no se hará, por tanto, tras cada orden de edición. Esto permite reducir la carga de trabajo de actualización, de manera que si se ejecutan varias órdenes de edición seguidas, la actualización presenta de una vez el resultado final de la serie de órdenes.
Por otra parte, el punto 4 exige que la solución no sufra de un problema de espera activa con el consiguiente gasto inútil de CPU.
Se trata de desarrollar de manera esquemática una solución basada en paso de mensajes del editor mencionado incluyendo: