Una vez generado el “proto-documento”, el estudiante interpreta
diferentes niveles gráficos y asocia estos a diferentes capas
conceptuales que asume el proyecto arquitectónico contemporáneo
(perímetro, energía, mobiliario, estructura, público-privado). Es decir
el procedimiento es que el estudiante extrae e interpreta la
información gráfica que el mismo, o bien otro compañero ha producido
previamente, en distintos grados de conceptos de información que se
presentará en diferentes documentos gráficos.
De esta forma, las distintas expresiones gráficas usadas de manera
despreocupada en la primera fase, le permite al estudiante asociar,
alejándose de los clichés de trabajo habituales, unos gráficos que
encierran una misma lectura a unas capas conceptuales, y otros a otras.
El dibujo así se convierte en un decantador de posibilidades y a la vez
en una situación intermedia, que se potencia, concreta o define más en
la dirección que el estudiante decida.
Una vez realizados todas las capas gráfico-conceptuales, todos los
documentos se agrupan en una presentación final. Así se permite ver de
una vez todas las situaciones detectadas. Gracias a este paso, por
primera vez en la metodología llevada a cabo, se empieza a identificar
posibles recorridos transversales entre ellas. Las correspondencias o
las diferencias entre los distintos documentos gráficos generados serán
puestas en juego en una fase posterior.
El trabajo por capas de diferentes lecturas gráficas permite por un
lado tratar abstractamente información de documentos que en un
principio no eran legibles, y a la vez concretar y poner énfasis en las
diferentes necesidades arquitectónicas expresadas a través de
diferentes capas gráficas. El uso de diferentes capas o familias de
lecturas gráficas, permite llegar a una complejidad por niveles de
información, que tratadas todas a la vez no se podría.
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